El rally se muda a tierras árabes, dejando atrás 11 ediciones vividas en tierras sudamericanas, marcadas por la gran popularidad que adquirió la carrera entre los aficionados. Sin embargo, diversos problemas, entre económicos y el cada vez menor apoyo gubernamental, obligaron a la ASO (Amaury Sport Organisation) a buscar una nueva ubicación.
La elección de Arabia Saudita se justifica mayormente por el gran apoyo económico que brinda el país para la organización del rally. Aunque no sería descabellado pensar que la organización haya buscado un terreno lo más parecido posible al del territorio africano, del Dakar original.
Y es ahí donde me quiero detener, en los orígenes del rally y en el territorio donde se forjó la leyenda de la carrera más dura del mundo, la cual se empezó a escribir en aquel lejano 1979. Y esta historia está inevitablemente ligada a un hombre, Thierry Sabine. Para los aficionados más nuevos quizás este nombre no les suene, pero para los que seguimos el rally desde los años en África, es el responsable de que cada mes de enero podamos disfrutar de esta gran aventura.
Thierry Sabine nació el 13 de junio de 1949 en Neuilly-sur-Seine, a las afueras de París. Miembro de una familia acomodada, estudió en la escuela de comunicación, titulándose como agente de prensa. Durante su infancia se dedicó a la hípica, siendo considerado una figura a los 14 años. Siendo ya adulto, decidió pasarse al automovilismo, siguiendo la estela de su padre Gilbert. A principio de los 70 comenzó su carrera como piloto en los rallyes, logrando varias victorias a nivel nacional. En 1971 se pasó a los circuitos, principalmente en carreras de resistencia, participando en las 24 Horas de Le Mans en 1975 y 1976 y siendo campeón nacional de pista en diversas ocasiones.
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| Porsche Carrera RS, con el que Sabine participa en Le Mans en 1976 |
Pero en 1977 llegaría el acontecimiento que cambiaría su vida. Junto a sus amigos Frédéric Harrewyn, Gilles Lamarre, Patrick Shaal y Dominique Sauvêtre, toma parte de la segunda edición del Rally Abdijan-Niza a bordo de una Yamaha XT 500. Muestra un buen ritmo, siendo 4° tras la etapa 9. Sin embargo, al día siguiente, durante la etapa Dirku-Madama, Sabine no llega a la meta, perdiéndose en medio del desierto del Teneré. Se encuentra sin agua, sin comida, con un calor sofocante, y sólo con un mapa inútil y un gri-gri, un amuleto que un amigo tuareg le regaló y del cual nunca se separó. Con la muerte acechando, no se cansó de frotar dicho amuleto en busca de la ansiada buena suerte que lo hiciese sobrevivir. Tras 3 días y 2 noches finalmente es encontrado el 14 de enero de 1977 por Jean Michel Siné, piloto enviado por el organizador del rally, Jean Claude Bertrand, quien desde su avión logró divisar una cruz de piedras que Sabine dibujó en la arena.
Todas las horas que pasó rodeado de un mar de arena infinito y con la única compañía del silencio del desierto transformaron a Sabine, haciéndole perder todo miedo a la muerte y enamorándose profundamente del continente africano.
Una vez de vuelta a casa en un avión militar argelino, una idea empieza a formarse en su mente. Esta idea consistía en organizar un rally como nunca antes se había visto, partiendo en París y llegando al Lago Rosa, en la ciudad de Dakar, capital de Senegal. Una especie de aventura moderna del siglo XX, que pusiera a prueba tanto a hombres como a máquinas, llevándolos al límite de sus capacidades mientras se enfrentan al imponente desierto africano. Sabine se empecino en hacer esta idea realidad y comenzó a trabajar de manera incansable para lograrlo. De manera milagrosa consigue el fundamental apoyo económico gracias a Oasis, una empresa francesa de jugos de frutas.
Y de esta manera, tan sólo un año después de haberse perdido en el desierto, el Rally París-Dakar es una realidad.
El martes 26 de diciembre de 1978, 170 vehículos, manejados por pilotos tanto profesionales como amateurs, se reúnen en la Plaza del Trocadero, frente a la Torre Eiffel.
En esta prueba ustedes vienen a buscar emociones fuertes, recuerdos imperecederos. Yo les ofrezco todo ello, pero no quiero ocultarles los riesgos que correrán. Ustedes lo aceptan y también es a ustedes a los que les toca asumirlos.Con estas palabras Thierry Sabine les advertía de lo que les esperaría en los siguientes 20 días, 10.000 kilómetros y 16 etapas hasta llegar a Dakar, pasando por Francia, Argelia, Níger, Mali, Burkina Faso y Senegal. Tan dura resultó la aventura que sólo 74 vehículos llegaron el día 14 de enero de 1979 a Dakar. Cyril Neveau se coronaría campeón en motos con una Yamaha XT500, hecho que repetiría 5 veces en su carrera, mientras que Alan Genestier y Christian Contamine harían lo mismo en autos con un Range Rover.
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| Cyril Neveu |
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| Alan Genestier |
A pesar del escepticismo inicial, los medios rápidamente empezaron a cubrir la carrera. Primero fue la prensa escrita, a la que se fue sumando la radio y la televisión. Por su parte, los habitantes de cada ciudad y pueblo que atravesaba el rally se agolpaban en grandes grupos al borde de los caminos, observando con gran entusiasmo el pasar de todos los pilotos.
El París-Dakar comenzaba a crecer en popularidad de manera exponencial. La financiación y el patrocinio llegaba a mares, mientras que el número de participantes crece en cada edición. En 1980 ya eran 210, 276 en 1981, llegando a 600 en 1986. Muchos pilotos de otras disciplinas empezaron a sentirse atraídos por esta aventura, como Jacky Ickx, Jacques Laffitte, Henri Pescarolo o Clay Regazzoni. Incluso famosos, como Alberto y Carolina de Mónaco, el actor francés Claude Brasseur o Mark Thatcher, hijo de la primera ministra británica Margaret Thatcher, probaron suerte en el rally. Este último fue célebremente recordado por haber estado perdido durante 6 días en el desierto, lo que provocó que su madre iniciara un operativo de búsqueda junto con el ejército argelino, siendo encontrado a 70 kilómetros del camino.
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| Jacky Ickx con Claude Brasseur, su copiloto, en 1983 |
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| Alberto de Mónaco |
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| Mark Thatcher junto a su copiloto, Charlotte Vernay |
Sin embargo, todo terminaría de la manera más trágica posible. El día 14 de enero de 1986, justo 9 años después de ser rescatado del desierto del Teneré y 7 años después de la finalización de la primera edición del París-Dakar, Thierry Sabine fallecía en un accidente de helicóptero a las afueras de Gourma-Rharous, en el desierto de Mali. Junto a él viajaban el cantante francés Daniel Balavoine, el piloto del helicóptero Francois-Xavier Bagnoud, la periodista Nathalie Odent y el técnico de radio Paul le Fur, quienes también perecieron en el accidente.
Tras un largo día en Niamey y Gao, Sabine y Balavoine, quien se encontraba en el rally en el marco de la acción humanitaria Paris du coeur, partieron en el helicóptero pilotado por Bagnaud hacia el bivouac de Gourma-Rharous a las 17:15 horas, acompañados por Odent y le Fur. A las 18:10 hicieron una parada en Gossi, para el inicio de la segunda prueba cronometrada del día, donde Sabine aprovechó para hablar con los participantes. Con la noche cerca y con unas condiciones meteorológicas cada vez peores, el helicóptero partió rápidamente para llegar antes de que oscureciese. Sin embargo, a falta de 22 kilómetros, el piloto decide aterrizar debido a las condiciones. Sabine solicita por radio que le envíen un vehículo para ser rescatados y llevados al bivouac.
De manera inexplicable, el helicóptero despega de nuevo, sin esperar a la llegada del vehículo solicitado, siguiendo las luces de un vehículo participante. Teniendo que luchar contra los fuertes vientos, el helicóptero finalmente se precipita contra una duna, estallando en pedazos, lo que le produjo la muerte instantánea a sus 5 ocupantes.
Sin resolver quedará el misterio de porqué decidieron despegar, sabiendo que un vehículo de rescate estaba en camino, siendo una de las teorías más aceptadas la de una orden de Sabine al piloto. Bagnoud, cansado por el ritmo agotador del rally, podría haber estado confrontado con Sabine, quien no estaría de acuerdo con las medidas de seguridad tomadas por el piloto y, queriendo llegar cuanto antes al bivouac, tomó la decisión de despegar de manera unilateral. Por otra parte, se cree que pudo haber alguna herida grave de algún tripulante debido al hallazgo de varias gasas, ya sea una mordedura de serpiente o picadura de escorpión, que requiriesen llegar rápido al bivouac para un tratamiento de urgencia.
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| Los restos del helicóptero, al día siguiente del accidente |
El rally se detuvo al día siguiente, ya que el propio Sabine era el único que conocía la ruta y no había alcanzado a comunicársela a los participantes. El día 16 se reanudó, tal y como él mismo hubiese querido que ocurriese. La Thierry Sabine Organisation quedó a cargo de su padre Gilbert, quien se encargaría de la organización del rally hasta 1993, cuando la ASO tomó las riendas. Gilbert Sabine falleció el 31 de diciembre del año 2019 a los 97 años de edad. Por su parte, las cenizas de Thierry Sabine, tal y como fue su voluntad, fueron esparcidas en un árbol solitario en pleno desierto del Teneré, el cual había descubierto gracias a su amigo tuareg Mano Dayak, quien fue de gran ayuda en las primeras ediciones del rally. Sin embargo, ese árbol fue arrancado por un camión años más tarde, siendo sustituido por un metal.
Además, en el famoso "Árbol del Teneré", conocido por ser el único árbol sobreviviente en 400 kilómetros a la redonda, yace una placa en su memoria.
Fallecía así el visionario, el hombre que, tras estar al borde de la muerte, logró organizar una de las mayores aventuras que existen en el deporte motor. Un rally que actualmente tiene una repercusión masiva a nivel mundial, y en el que las grandes marcas deciden participar para mostrar al mundo la calidad de sus productos. No sabemos qué habría pensado cuándo el rally se trasladó a Sudamérica y actualmente a Arabia. Quizás lo hubiera aceptado por motivos de seguridad, quizás se habría negado a atentar contra el espíritu de su idea. Lo único seguro es que jamás hubiese querido abandonar a su querida África, al menos con vida.
Hasta aquí la historia de hoy. Este artículo va en memoria de Paulo Goncalves, piloto portugués de motos, quien falleció en la presente edición debido a un accidente. Este es un blog sobre automovilismo, pero principalmente es un blog sobre el mundo motor, y cada muerte en la práctica de este maravilloso deporte es una gran tragedia.
D.E.P. Paulo


















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